la Invasión Gringa - José Pedroni
Hoy nadie llegaría.
Pero ellos llegaron.
Sumaban mil doscientos.
Cruzaron el Salado.
.......................................
Los barcos
(uno... dos...
tres... cuatro...)
Ya volvían vacíos
camino del Atlántico.
Su carga estaba ahora
en un convoy de carros:
relumbre de guadañas;
desperezos de arados;
hachas, horquillas,palos,
algún fusil alerta;
algún vaivén de brazos;
nacido en el camino
algún niño llorando.
El trigo lo traían las mujeres
en el pelo dorado
hojas de viejos libros
volaban sobre el campo.
¿Dónde se hallaba el oro
de todos alabado?
El oro estaba en un pequeño árbol;
el oro era un engaño:
solo pequeñas flores
de oro perfumado.
Aromitos floridos,
orillas del Salado.
...............................
Un niño que pregunta
cuando vuelven los barcos.
Una mano de madre que detiene
la pregunta en los labios.
Un hombre con los ojos
clavados en el campo.
Una mujer que escribe:
- ya llegamos.
Hay árboles enormes;
muchos pájaros;
una cruz en el cielo, luminosa;
un río amargo...
.......................................
Hombre y mujer en la puerta
miran la tierra entregada.
Ya la empiezan a querer.
Ya nunca podrán dejarla.
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Mañana de Campo - Gastón Gori
“La brisa mañanera / de los campos, / mece blandamente / el pastizal. // Y trina la calandria / en el árbol / hinchando su plumaje / al coquetear; // Picando alborozadas / tierno pasto, / se alejan las gallinas / del corral... // Arrulla enamorada / de una rama en lo alto, / dulcemente / una torcaz. // De la fuente limpia / y clara se escucharon / monótonos sonidos / del agua al borbotear; // Y mansas las corrientes / los cauces engrosaron / diminutos arroyos / del Lugar. // Alegría de niños / el campo ha rebosado, / brillante su rocío / matinal... // En las horas frescas, despierta su alborozo / cristalino canto / de zorzal... // Mañanas primorosas / de los campos / fecundos de mi patria, / donde rompen las rejas del arado / su seno maternal... / ¡Y arrojan las semillas / los hombres esforzados / que sueñan la futura / liberad! // Mañanas luminosas / de los prados, / do pastan animales / por millar... / Riqueza de la tierra, / esperanza americana, / y fruto del trabajo / colonial. // La brisa mañanera / mece blandamente / el pastizal; // Y se escucha a lo lejos / el ruido de los carros / que llevan a los pueblos, / harina para el pan.”